002:02 ·Gilberta· #3

Fue realmente triste; muy triste, y ser testigo...fue aun peor
La felicidad, que rebosaba por sus poros y en su respiración, la vitalidad de todo cuanto lo rodeaba, la serenidad, que invadía cada instante vivido: todo eso termino, de golpe, traumaticamente, sin aviso previo al posar mi mano sobre su hombro.
El grito desgarrador procedente de lo profundo de su alma, el espasmo en su columna al encorvarse de forma grotesca hacia atrás, las notas mal sonantes por el temblor que cabalgaba sus dedos, el chirrido del taburete al desplazarse sobre el viejo suelo de madera, la porcelana de la taza al romper contra la pared a causa de la sacudida, se sumo a los rostros de dolor de aquellos que, como yo, habían decidido acercarse al origen de las melodias.
El susto nos sintió a todos, como si fuéramos niños.


Su rostro de sobresalto, junto con las centelleantes lagrimas que le empezaban a aflorar, me miro, y en esos ojos húmedos vi la pregunta que lo atormentaba, y coincidíamos en ella.
¿porqué?


Después de unas discusiones para aclarar lo sucedido, acomodado a la clientela trastocada por el suceso, serenando al personal preocupado, entre los sollozos y halagos, risas y criticas, tras pasar el tiempo pudimos acomodarnos.
Junto con una segunda taza de chocolate servida con interés por el estado de Fernando; ya se había corrido la voz sobre quien era el causante del caos, acabo de situarnos en el lugardonde estábamos.

Mas relajados, sobre los mullidos sofás de piel desgastada, bajo la tenue luz de una vela de considerables dimensiones que se alzaba sobre la mesa, me volví a centrar en el extraño que tenia enfrente.

    -¿Desde cuando os conocéis?

La pregunta, nos cogió tanto a Lil, como a mi por sorpresa. No por la pregunta en si; si no por el arranque y serenidad de la misma.

    -Unos 8 años, mas o menos.
    -Llevando tanto tiempo juntos, ya os conocéis a la perfección, ¿no?


Las miradas entre Lil y yo se cruzaron y junto con una mueca me indico que contestara a ella.

    -No, por favor. Contéstale tú.
    -Al menos te es un caballero señorita, estarás orgullosa del.
    -Si, estoy orgullosa; pero, ni nos conocemos tanto como usted se imagina, ni estamos emparejados.

Su rostro se torció; pensaba en que nueva tendencia o nombre tendría aquello.

    -Nos conocemos desde que coincidimos en clases, hace años, pero cada uno fue por su lado, coincidimos unas cuantas veces y poco mas. Hoy, justamente es la primera vez que nos vemos en unos 3 años aproximadamente.

Su cara, si antes ya era un interrogante, ahora se había convertido en la duda personificada; no sabría por donde empezar a preguntar.

    -Pues querida; este hombre, que creo, esta de buen ver, le anda detrás suya.
    -Si, lo se. Me lo ha dicho en múltiples ocasiones. Desde hace tiempo...es complicado de explicar.
    -Puede que este confuso en mis ideas, y que la practica no es lo mio, pero de amor se, y entre vosotros hay algo; ademas, ¿no se dirigió a ti, señorita, como: "amor"?
    -Si, y me temo que no dejara de decirlo nunca.


Mientras terminaba la frase, fue girando si rostro para mirarme fijamente con sus hermosos y amplios ojos, lanzando una sonrisa al tiempo que añadía:

    -¿Verdad?
    -Tienes razón, y no me cansare ni cesare de decírtelo; a excepción de que sea tu petición.


    -Cruel vuestro corazón;
    que avasalla un anhelo
    de dulzura y amor.
    Le retiráis la ambrosía,
    le limitáis el sentir,
    castigáis su alma en pena
    viéndolo siendo fiel.


    -Muy Bello, caballero,
    pero he de responder,
    que a la dama no la falte,
    pues yo la defenderé.
    No juega ella con mi destino,
    ni me lleva a su merced,
    es si no, una diosa,
    la Afrodita de mi ser.


Tras reír un poco la aludida; no sabría definir lo grato que fue su reacción y la suavidad de esta a mi percepción, contesto sonrojada al frente que se habría ante ella.

    -Siempre me lo ha dicho y me lo recuerda, soy para el como un amor platónico, dice, que inalcanzable. No lo veo así, pero bueno.
    -Ah! Querida, ya se por que es, limitado por el brillo, no alcanza a ver el sol. Típico.
    -Fernando; ¿se siente cómodo ahora? ¿se encuentra bien? ¿A gusto?
    -Si, la verdad es que si; mucho mejor después de....Oh! disculpa, aun no había caído en el lamentable suceso que provoque.


Alterado de nuevo, con las órbitas de sus ojos danzando en las cuencas, mirando a todo y a todos, sudaba y temblaba.

    -He de irme, sera lo mejor; antes de que me echen.
    -Fernando, la persona que te sirvió la taza, era la dueña; y aquí no sirven en mesa!
    -Da igual, podría cambiar de opinión y no seria reprochable.
    -Por eso, antes de venir, y cuando pedimos en la barra, deje constancia, a ti y a ellas, de que me hacia responsable. Soy un hombre de palabra, si te vas, no habría cumplido con ella y no puedo consentirlo. Al menos, termínate eso antes de que se enfríe.
    -Lo lamento mucho, no se que decir. No quería causar problemas.
    -Bueno, yo te podría decir unas cuantas cosas que te tranquilizarían e interesarían, pero antes necesitamos un poco de información, información sobre ti.
    -Si quieres, no es obligado.


Añadí. No llevaba mal la conversación; de hecho, dijo exactamente lo que debía; pero también había que tranquilizarlo un poco.

    -¿Que queréis saber? ¿preguntad? que menos puedo hacer por vosotros si no.
    -Por mi, satisfacer una curiosidad; pero por ti, mucho mas.
    -¿Eres músico?


Interrumpió Lil. Sin mala intencion, pero empezaba a entender el porque habia tenido la idea de convencerlo para que nos acompañara y el ansia de obtener la respuesta la superaba.


    -No! No soy músico, en absoluto. De hecho no se nada de música. Es una afección neuronal que adquirí.
    -¿Afección? No lo consideraría así, es hermoso.
    -Empiezo a entender al caballero respecto a ti. Eres inspiración, motivación y fuente de esperanza. Tienes una vitalidad contagiosa. Es una enfermedad que me permite ver los sonidos, no recuerdo el nombre, es neuronal.
    -Pero entonces siendo pequeño tocaste algún instrumento, el piano no lo toca cualquiera.
    -No lo tengo desde siempre; fue a partir de un trauma.

Lil se giro. clavaba la mirada en mi, una mirada de censura, juicio, critica. Ya se había dado cuenta de que sabia mas de lo que mostraba.


"¿Como lo hace? ¿Que es lo que 'lee' de los demás para saber tanto?"








No hay comentarios: